Thursday, February 20, 2014

Oracion de la Manana


Levántate de tu lecho, sin pereza y antes de empezar cualquier obra, colócate mentalmente en presencia del Creador y ora así:


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Luego permanece en silencio hasta que se tranquilicen todos tus sentimientos e inclínate tres veces, diciendo:


La oración del publicano: Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador.
Dios, ten piedad de mí, pecador.
Dios purifica mis pecados.
Tú que me criaste, oh Señor, apiádate de mí.
Sin fin he pecado, Señor perdóname.
Soberana mía, Santísima Virgen Deípara, sálvame a mí pecador.
Santo ángel de mi guarda, protégeme de todo mal.
Luego continúa así:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, por las oraciones de Tu Purísima Madre y de todos los Santos, apiádate de nosotros. Amén.
El servicio de la Mañana en la Iglesia empieza así:


Sac.: Bendito sea nuestro Dios, perpetuamente ahora y siempre y por los siglos de los siglos.


Lec.: Amén, Gloria a Ti, Nuestro Dios, gloria a Ti.
Oh, Rey Celestial, Paráclito, Espíritu de Verdad, que estás en todas partes y llenas todas las cosas, Tesoro de todo bien, y Dispensador en la Vida, ven y mora en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas, Oh Bondadoso.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.
Oh, Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Oh, Señor, perdona nuestros pecados. Oh, Soberano, absuelve nuestras transgresiones; Oh, Santo, mira y sana nuestras debilidades por Tu Nombre.
Señor, ten piedad (tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, como es en el cielo así en la tierra. El pan nuestro sustancial dánosle hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del maligno.


Sac.: Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Lec.: Amén.

Estos Troparios:

Al levantarnos acudimos a Ti, Oh Bondadoso y Te entonamos Oh Omnipotente el himno angelical. Santo, Santo, Santo eres Tú, Oh Dios, por la Deípara, ten piedad de nosotros.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Del lecho y del sueño me levantaste, Señor, ilumina mi espíritu y mi corazón y abre mis labios para que Te alabe, oh Santa Trinidad, diciéndote: Santo, Santo, Santo eres Tú, Oh Dios por la intercesión de la Dípara, ten piedad de nosotros.
Ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.
El supremo Juez vendrá de improviso y las obras de cada uno serán descubiertas, por eso en medio de la noche Te invocamos con temor, Santo, Santo, Santo eres Tú, Oh Dios, por tu Santa Madre ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad (doce veces).

Al levantarme Te rindo gracias, Oh Santísima Trinidad, por no haber desencadenado Tu ira contra mí, pecador e indolente, en mérito de tu Bondad e infinita paciencia y por no haberme hecho perecer junto a mis iniquidades, sino que usando de Tu habitual misericordia, me hayas levantado de mi letargo para que pueda desde el alba glorificar tu grandeza. Y ahora Señor, ilumina mi inteligencia, abre mis labios para instruirme con tus Palabras, comprender tus Mandamientos, y hacer tu Voluntad y alabarte confesándote en mi corazón y glorificar tu Santísimo Nombre. Padre, Hijo, y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Otra Oración

Gloria a Ti, oh Rey Dios Omnipotente que por Tu divina y clemente providencia, me permitiste a mí, pecador e indigno levantarme del sueño y obtener la entrada a Tu santa casa. Recibe oh Señor la voz de mí súplica, como recibes de tus Santos noéticos fuerzas, y dígnate a recibir mis alabanzas aunque de labios corrompidos, pero de corazón puro y alma humilde, para que yo pueda con la lámpara reluciente de mi alma, ser acompañante de las sabias vírgenes y Te glorifico, en el Padre y Espíritu, oh glorificado, Dios-Palabra. Amén.

Venid inclinémonos al Rey nuestro Dios.
Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo, Rey y nuestro Dios.
Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo mismo, El es nuestro Rey y Dios.

Salmo 50

Apiádate de mí, Oh Dios, según Tu gran misericordia, según la multitud de tus bondades, borra mi iniquidad. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado, pues reconozco mis culpas, y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo, he pecado, he hecho el mal en Tu presencia, por lo tanto, eres justo en Tu sentencia, soberano en Tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me concibió mi madre. Porque Tú amas la verdad; me descubriste los misterios profundos de Tu sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y emblanqueceré más que la nieve. Hazme oír palabras de gozo y alegría, y mis huesos abatidos se estremecerán. Aparta Tu faz de mis pecados; y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, y renueva dentro de mí un espíritu recto. No me arrojes de Tu presencia, y no quites de mí Tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de Tu salvación, confírmame un espíritu generoso. Enseñaré a los impíos tus caminos, y los pecadores se convertirán a Ti. Líbranos de la sangre; Oh Dios, Dios de mi salvación y cantará mi lengua Tu justicia. Abre Señor mis labios, y cantará mi boca tus alabanzas. Si hubieras deseado sacrificios, en verdad Te los ofrecería, más no son los holocaustos los que Te placen. Sacrificio agradable a Dios es el alma arrepentida; al corazón contrito y humillado, Señor, Tú no los desprecias. Señor, en Tu bondad, trata benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y holocaustos, entonces se Te ofrecerán víctimas en Tu altar.

Credo

Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios nacido del Padre, antes de todos los siglos; Luz de Luz; verdadero Dios de Dios verdadero. Engendrado no hecho; consubstancial al Padre, por Quien fueron hechas todas las cosas. Quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó de los cielos y se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen, y se hizo hombre. Fue crucificado también por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció, fue sepultado. Resucitó al tercer día según las Escrituras. Subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre. Y vendrá por segunda vez lleno de gloria a juzgar a los vivos y a los muertos y su Reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y Vivificador, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado que habló por los profetas. Y en una Iglesia Santa Católica y Apostólica. Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén.

1ª Oración de San Macario el Grande

Oh Dios, purifícame, un pecador pues no he hecho nunca nada bueno en Tu presencia; líbrame del malvado, y ojalá Tú voluntad esté en mí, para que yo pueda abrir mis labios indignos sin condenación, y alabar Tu Santo Nombre de Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

2ª Oración

Al despertar de mi sueño, Te ofrendo, Oh Salvador, el cantar de medianoche y me postro diciéndote: concédeme no dormirme para morir en pecado, al contrario apiádate de mí, Oh Tú que fuiste voluntariamente crucificado, y Te apresuras a levantarme que estoy postrado, rendido por la pereza, y me salvas por la oración e intercesión, y después del sueño de la noche, bendíceme con un día inmaculado y sálvame Oh Cristo, Dios.

3ª Oración

Al despertar de mi sueño me acerco precipitadamente a Ti, Oh Soberano, Amante de la humanidad, y por Tu bondad me esfuerzo por cumplir Tu obra, y Te suplico: ayúdame siempre, en todo, y líbrame de todo lo malo del mundo, del demonio, que me apura, sálvame y llévame a Tu Reino eterno. Porque Tú eres mi Creador, el Donador y Proveedor de todo lo bueno, y toda mi esperanza está en Ti, yo Te alabo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

4ª Oración

Oh Señor, que me has hecho la gracia de tu gran bondad y de tu gran compasión a mí que soy Tu servidor, para que pase el transcurso de esta noche sin la tentación de ningún mal antagonista, Soberano y Creador de todo, por tu verdadera luz y con el corazón iluminado concédeme hacer Tu voluntad, ahora y siempre, y por los siglos de siglos. Amén.

5ª Oración

Todopoderoso Soberano, Dios nuestro, que recibe de tus Poderes Celestiales el himno tres veces sagrado, recibe también de mí, Tu indigno servidor, este breve poema de la noche y hazme la gracia para que todos los años de mi vida y todas las horas Te alabe a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.

1ª Oración de San Basilio el Grande

Todopoderoso Señor, Dios de los poderes y de toda la carne, que vives en lo más alto y miras a los humildes, que escudriñas nuestros corazones y afectos, y sabes de antemano los secretos de los hombres; eterna e imperecedera luz, en Quien no hay cambio ni sombras de variación; Oh Rey Inmortal, recibe nuestras plegarias, Te las ofrecemos con labios impuros, confiando en Tus innumerables bendiciones. Perdónanos todos los pecados cometidos en pensamiento, palabra o acción, consciente e inconscientemente, y purifícanos de toda corrupción de la carne y el espíritu. Concédenos pasar la noche de la presente vida con el corazón alerta y pensamiento cuerdo, aguardando siempre el advenimiento del día radiante de la aparición de Tu único engendrado Hijo, Nuestro Señor y Dios y Salvador, Jesucristo, cuando el Juez de todos ha de venir en gloria a emitir sentencia a cada uno de acuerdo a sus actos. Ojalá no nos encuentre caídos en pecado ni ociosos, sino que despiertos y alertas para la acción, listos para acompañarlo en el divino palacio de sus aventuranzas, donde se oye un incesante sonido de los que acatan el festival y el inefable placer de los que contemplan la inexpresable belleza de su rostro. Porque Tú eres la verdadera luz que iluminas y santificas a todos, y toda la creación Te canta por los siglos de los siglos. Amén.

2ª Oración

Te bendecimos, oh Altísimo Dios y Señor de la misericordia. Que estás siempre realizando innumerables, grandes e inescrutables cosas con nosotros, gloriosas y maravillosas. Que nos permites dormir para tregua de nuestras debilidades y reposo de los agobios de nuestra fatigadísima carne. Te agradecemos que Tú no nos hayas destruido por nuestros pecados y por el contrario nos hayas amado como siempre y aunque estemos sumidos en la desesperación, Tú nos has levantado para alabar tu poder. En consecuencia, imploramos que en Tu incomparable bondad nos ilumines los ojos de nuestra comprensión y eleve nuestra mente del pesado sueño de la indolencia; abra nuestra boca y la colme con Tu alabanza, para que seamos capaces sin distraernos de cantarte y confesarnos a Ti, que eres Dios glorificado en todo y por todos, el Padre eterno, con Tu único engendrado Hijo, y Tú absolutamente santificado y bueno y vivificante Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Canción A La Santísima Madre De Dios

Yo le canto a Tu gracia, oh Soberana, y Te suplico honrar mi mente. Enséñame a caminar correctamente por la senda de los mandamientos de Jesucristo. Fortaléceme para mantenerme alerta en el cantar y desvanece el ensueño del desaliento. Libérame, trabado por las cadenas del pecado, Oh novia de Dios, por tus oraciones. Protégeme de noche y de día, y ahuyenta a mis enemigos que me derrotan. Oh Portadora de Dios, el Donador de la Vida, despabílame a mí que estoy amortecido por las pasiones. Oh Portadora de la luz inagotable, ilumina mi alma enceguecida. Oh Maravilloso Palacio de Jesucristo, hazme una casa del Espíritu Divino. Oh Madre del Curador, cura las perennes pasiones de mi alma. Guíame por la senda del arrepentimiento, pues estoy a merced de la tormenta de la vida. Redímeme del fuego eterno, de la guerra feroz y del tártaro. Desenmascárame como culpable pues lo soy de muchos pecados. Renuévame, envejecido por tantos pecados necios, Oh Inmaculadísima. Exhíbeme intacto de todos los tormentos, y ruega por mí ante el Ser Supremo de todos. Concédeme la gracia de recibir los goces del Cielo con todos los Santos. Oh Santísima Virgen, oye la voz de Tu inútil sirviente. Concédeme el raudal de las lágrimas, Oh Purísima, para purificar mi alma de la impureza. Te ofrezco los gemidos de mi corazón a Ti incesantemente. Esfuérzate por mí, Oh Soberana. Acepta mi servicio de súplica y ofréndaselo al Dios misericordioso. Oh Tú que estás por sobre los ángeles, álzame arriba de la confusión de este mundo. Oh Tabernáculo celestial Ostentación de Luz, dirige la gracia del Espíritu dentro de mí. Alzo mis manos y labios para alabarte, corrompidos como están por la impureza. Oh Inmaculadísima. Libérame de las maldades que corrompen el alma, e intercede fervorosamente ante Cristo, Quien merece honor con adoración, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oración a Nuestro Jesucristo

Mi más misericordioso y clementísimo Dios, Señor Jesucristo, por tu gran amor Tú descendiste y cautivaste el género humano para salvarlos a todos. Y otra vez, Oh Salvador, sálvame por Tu gracia, Te lo suplico, pues si Tú me salvaras por mis obras, esto no sería gracia ni don, sino más bien un deber. En realidad, en Tu infinita compasión e indecible misericordia, Tú, Oh mi Cristo has dicho: quienquiera que crea en Mí vivirá y nunca morirá. Si la fe en Ti salva a los desesperados, sálvame, pues Tú eres mi Dios y creador. Atribúyelo a mi fe en vez de a mis actos. Oh mi Dios, porque Tú no encontrarás actos que pudieran justificarme, pero ojalá mi fe sea suficiente para todos mis actos. Ojalá que baste y se me absuelva, y ojalá me haga participante de Tu gloria eterna, y ojalá que Satán no me coja, Oh Palabra de Dios, y se jacte que me ha separado de Tu mano y rebaño. Oh Cristo, mi Salvador, quiéralo yo o no, sálvame. Apresúrate, rápido, rápido, pues perezco. Tú eres mi Dios desde las entrañas de mi madre. Concédeme, Oh Dios que Te ame ahora como alguna vez amé el pecado, y también que trabaje para Ti sin pereza, como trabajé antes para el engañoso Satán. Pero primordialmente trabajaré para Ti, mi Señor y Dios, Jesucristo, todos los días de mi vida, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oración al Ángel Guardián de la Vida Humana

Oh Ángel Santo, intercede por mi alma despreciable y mi vida apasionada, no me abandones, ni me evadas por mi intemperancia. No des lugar a que el demonio insidioso me domine a causa de la violencia de mi cuerpo mortal. Fortalece mi pobre y débil mano y guíame por el camino de la salvación. Oh Ángel Santo de Dios, guardián y protector de mi cuerpo y de alma miserables, perdóname todos los insultos que Te he dirigido todos los días de mi vida, y por todos los pecados que pueda haber cometido durante la pasada noche. Protégeme durante el presente día, y escúdame de toda tentación del enemigo, para que no pueda airar a Dios por ningún pecado. Y ruega al Señor por mí, para que Él pueda fortalecerme en Su temor, y hacerme, Su esclavo, digno de Su bondad. Amén.

Oración a la Deípara (Virgen María, o Madre de Dios).

Mi Santísima Soberana, Deípara, por Tus santas y omnipotentes oraciones que destierren de mí, Tu humilde y despreciable servidor, el abatimiento, el olvido, la insensatez, la negligencia, y todos los pensamientos impuros, malignos e impíos de mi miserable corazón y de mi ofuscada mente. Y extingue la llama de mis pasiones, pues soy pobre y desdichado, y redímeme de mis numerosos crueles recuerdos y actos, y líbrame de todos sus nocivos efectos; pues bendita eres Tú por todas las generaciones, y glorificado sea Tu muy honorable nombre por los siglos de los siglos. Amén.
Bajo tu tierna compasión acudimos Virgen, Deípara, no rechaces nuestras plegarias en nuestro infortunio, sino que líbranos del mal, oh Única pura y bendita.
Gloriosísima siempre Virgen y Madre de Cristo Dios, presenta nuestras plegarias a Tu Hijo y nuestro Dios, rogándole para que salve, por Tu mediación, a nuestras almas.

Canción a la Deípara

Alégrate, Virgen María, Deípara, llena eres de gracia, El Señor es contigo, Bendita eres entre las mujeres, y bendito es el Fruto de Tu Vientre, porque has dado a luz al Salvador de nuestras almas. (tres veces).


Oración por Intercesión a las Huestes Angelicales o Anfitriones Angelicales

Oh Anfitriones angelicales y Celestiales de los Santos Ángeles y Arcángeles, rueguen por nosotros pecadores.

Oración por Intercesión a todos los Santos

Oh gloriosos Apóstoles, Profetas y Mártires, y todos los Santos, rogad por nosotros pecadores.

Invocación Piadosa al Santo Cuyo Nombre Llevamos

Ruega por mí, Santo(a) (nombre), pues con devoción acudo a Ti, rápido asistente e intercesor(a) de mi alma.
Digno es realmente bendecirte oh Deípara. Siempre bienaventurada e inmaculada y Madre de Dios. Oh más honorable que los querubines, e incomparablemente más gloriosa que los serafines, Tú que sin corrupción engendraste al Verbo Dios, verdaderamente eres la Deípara, Te magnificamos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten piedad. (tres veces).

En el nombre del Señor bendice padre, (si es Obispo), Soberano bendice.


Sac.: Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesucristo Hijo de Dios, ten piedad de nosotros. Amén.

Intercesión

Cada cristiano es obligado a rezar por su prójimo, por eso decimos las siguientes oraciones:

Oración a Nuestro Señor Jesucristo

Empieza siempre tus alabanzas con agradecimiento.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios Te agradezco (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de los enfadados (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de mi prójimo (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios da descanso a los muertos (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios ten piedad de mí pecador (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios ayúdame en mi vida espiritual (postración)

Señor Jesucristo, Hijo de Dios ayúdame en mi vida cotidiana (postración)

Intercesión

Conmemoración de los Vivos y los Muertos (en las fiestas principales, Víspera de Domingo no se hace postración hasta el suelo, sino inclinación hasta la cintura, se hace reverencia).

Recuerda, Oh Señor Jesucristo nuestro Dios, Tus caridades y dádivas que son de la eternidad, y a través de la cual Tú Te hiciste hombre y forjaste voluntad para sufrir la crucifixión y la muerte por la salvación de los que rectamente creen en Ti, y habiéndose levantado de entre los muertos ascendientes al cielo, y se sentaron a la diestra de Dios Padre y consideraron las humildes peticiones de los que Te invocan de todo corazón: escucha con simpatía, y oye el humilde ruego mío, Tu indigno sirviente, como la fragancia de incienso espiritual, que yo Te ofrezco por toda la gente. Y recuerda primero Tu Santa Iglesia Católica y Apostólica, que Tú has provisto a través de Tu Preciosa Sangre. Confírmala, robustécela, extiéndela y agrándala, y consérvala en paz, y para siempre como prueba contra el poder del hades. Calma los desacuerdos de las Iglesias, y anula los planes de los poderes de la oscuridad, desvanece la parcialidad de las naciones, y rápidamente arruina y erradica las insurrecciones heréticas, y frústralas por el poder del Espíritu Santo. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de nuestro presidente y de todos aquellos que tengan autoridad a través de todo el mundo, comandantes en jefe de ejércitos y armadas y flotas aéreas, gobernadores de provincias y ciudades, y de todas las armadas, ejércitos y policías amantes de Cristo; protege su poder con paz, y avasalla a sus pies a todos sus enemigos y adversarios, y comunica paz y bendición a sus corazones por Tu Iglesia Sagrada, y por toda Tu grey, y concede que en su serenidad podamos nosotros también llevar una vida sosegada y pacífica con verdadera religión, con toda piedad y honestidad. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de los Patriarcas Ortodoxos, Metropolitanos, Arzobispos y Obispos, Sacerdotes y Diáconos, y de todos los que sirven a la Iglesia, y a quienes Tú has ordenado que alimenten Tu rebaño espiritual; y por sus oraciones, ten piedad de mí, un pecador. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de nuestro padre (cura parroquial o abad de monasterio), con todos sus hermanos en Cristo, y por todas sus oraciones ten piedad de mí, despreciable como soy. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de mí Padre Espiritual (nombre) y por sus oraciones perdone mis pecados. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de todos los trabajadores de esta santa comunidad, nuestros hermanos y todos los trabajadores manuales, y trabajadores laicos, y labradores de este monasterio, y de todos los Cristianos. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de mis padres (nombres), de mis hermanos y hermanas y de todos mis parientes, y de los vecinos de mi familia, y amigos, y concédeles Tus bienes terrenales y espirituales. Postración

Salva, Oh Señor y ten piedad de los que viven y habitan en los monasterios de la Santa Montaña y en la Tierra Santa, de los Padres y Hermanos y Hermanas (en Rusia, China, Yugoslavia, Polonia, Bulgaria, Rumania) y de todas partes, y por sus oraciones ten piedad de mí, un pecador. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad en razón de tus innumerables mercedes, de todos los sacerdotes, monjes y monjas, y de todos los que viven en virginidad, devoción y ayuno, en monasterios, en desiertos, en grutas, en montañas, en columnas, en ermitas, en las grietas de las rocas, y en verdadera fe en todos los lugares de Tu dominio, y sirviéndote con devoción, y orando por Ti. Aligera su carga, consuélalos en su aflicción, y concédeles fortaleza, energía y perseverancia en su lucha, y por sus oraciones concédeme perdón de mis pecados. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de los viejos y jóvenes, de los pobres y menesterosos, de los huérfanos y viudas, de los leprosos, epilépticos y paralíticos, y de aquellos víctimas de la enfermedad y la pena, de la desgracia y la congoja, de los cautivos y exiliados, en las minas y prisiones y reformatorios, y especialmente de aquellos que Tus servidores que son perseguidos por amor a Ti y por la Fe Ortodoxa de los pueblos impíos, apóstatas y herejes. Visita, fortalece, conforta y cúralos, y por Tu poder rápidamente concédeles alivio, libertad y redención. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de nuestros benefactores, que tienen piedad de nosotros y nos alimentan, y nos mitigan la ansiedad dándonos limosna, y encomiéndanos, indignos como somos, la misión de orar por ellos; y dales Tu gracia, y concédeles todas sus peticiones que conducen a la salvación, y a la consecución del goce eterno. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de los Padres y Hermanas, de nuestra Cofradía, y de todos los Cristianos Ortodoxos que son mensajeros y misioneros a Tu servicio, y están viajando. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de aquellos a quienes haya ofendido o escandalizado con mi locura o descuido, y a quienes haya apartado del camino de la salvación, y a quienes haya guiado hacia el mal y actos dañinos. Por Tu divina providencia restitúyelos de nuevo por la senda de la salvación. Postración

Salva, Oh Señor, y ten piedad de aquellos que me odian y ofenden, y me hacen daño, y nos los dejes perecer por mí, un pecador. Postración

Ilumina con la luz del don a todos los apóstoles de la Fe Ortodoxa, y a aquellos cegados por perniciosas herejías, y atráelos hacia Ti, y únelos a Tu Iglesia Santa, Apostólica, Católica. Postración.


Por los Idos en el Sueño

Recuerda, Oh Señor, a los que han dejado esta vida, reyes y reinas, príncipes y princesas Ortodoxos, Patriarcas Ortodoxos, Metropolitanos, Arzobispos y Obispos, Sacerdotes y Diáconos y aquellos que Te han servido en el Estado Monástico, y a los laicos de la Iglesia, y a los benditos fundadores de todas las Iglesias y monasterios, y concédeles descanso con los Santos en Tus eternas moradas. Postración.


Oración de Recordación para los Padres Idos en el Sueño

Recuerda, Oh Señor, las almas de Tus servidores que han partido en el sueño, mis padres (nombres), y a todos mis parientes (de acuerdo al parentesco); perdónales sus pecados, voluntarios e involuntarios; concédeles el Reino y una parte de Tus goces eternos, y el encanto de Tu vida bienaventurada y eterna. Postración.


Oración por la Hermandad Monacal

Recuerda, Oh Señor, además a todos los Padres, Hermanos, hermanas y miembros de nuestra Cofradía que han partido en el sueño con la esperanza de la resurrección y vida eterna, y a los Cristianos Ortodoxos que yacen aquí y en todo el mundo, y con tus Santos dales reposo donde brilla la luz de Tu Rostro y ten piedad de nosotros, porque Tú eres bueno y Amante de la humanidad. Amén. Postración.


Al Final, Recitar Tres Veces:

Concede, Oh Señor, perdón de todos los pecados a Nuestros Padres, Hermanos y Hermanas partidos en la fe y esperanza de la resurrección, y concédeles eterna recordación, eterna recordación, eterna recordación. Postración
 


 
 

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